Textos más populares este mes publicados el 17 de septiembre de 2016

Mostrando 1 a 10 de 21 textos encontrados.


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fecha: 17-09-2016


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El Juguete Rabioso

Roberto Arlt


Novela


Parte 1. Los ladrones

Cuando tenía catorce años me inició en los deleites y afanes de la literatura bandoleresca un viejo zapatero andaluz que tenía su comercio de remendón junto a una ferretería de fachada verde y blanca, en el zaguán de una casa antigua en la calle Rivadavia entre Sud América y Bolivia.

Decoraban el frente del cuchitril las policromas carátulas de los cuadernillos que narraban las aventuras de Montbars el Pirata y de Wenongo el Mohicano. Nosotros los muchachos al salir de la escuela nos deleitábamos observando los cromos que colgaban en la puerta, descoloridos por el sol.

A veces entrábamos a comprarle medio paquete de cigarrillos Barrilete, y el hombre renegaba de tener que dejar el banquillo para mercar con nosotros.

Era cargado de espaldas, carisumido y barbudo,y por añadidura algo cojo, una cojera extraña, el pie redondo como el casco de una mula con el talón vuelto hacia afuera.

Cada vez que le veía recordaba este proverbio, que mi madre acostumbraba a decir: "Guárdate de los señalados de Dios."

Solía echar algunos parrafitos conmigo, y en tanto escogía un descalabrado botín entre el revoltijo de hormas y rollos de cuero, me iniciaba con amarguras de fracasado en el conocimiento de los bandidos más famosos en las tierras de España, o me hacía la apología de un parroquiano rumboso a quien lustraba el calzado y que le favorecía con veinte centavos de propina.

Como era codicioso sonreía al evocar al cliente, y la sórdida sonrisa que no acertaba a hincharle los carrillos arrugábale el labio sobre sus negruzcos dientes.

Cobróme simpatía a pesar de ser un cascarrabias y por algunos cinco centavos de interés me alquilaba sus libracos adquiridos en largas suscripciones.

Así, entregándome la historia de la vida de Diego Corrientes, decía: —Ezte chaval, hijo… ¡qué chaval!… era ma lindo que una rroza y lo mataron lo miguelete…


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Dominio público
128 págs. / 3 horas, 44 minutos / 1.442 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Ismael

Eduardo Acevedo Díaz


Novela


Capítulo 1

La ciudad de Montevideo, plaza fuerte destinada a ser el punto de apoyo y resistencia del sistema colonial en esta zona de América, por su posición geográfica, su favorable topografía y sus sólidas almenas, registra en la historia de los tres primeros lustros del siglo páginas notables.

Encerrada en sus murallas de piedra erizadas de centenares de cañones, como la cabeza de un guerrero de la edad media dentro del casco de hierro con visera de encaje y plumero de combate, ella hizo sentir el peso de su influencia y de sus armas en los sucesos de aquella vida tormentosa que precedió al desarrollo fecundo de la idea revolucionaria.

Dentro de su armadura, limitado por las mismas piezas defensivas, cual una reconcentración de fuerza y de energía que no debía expandirse ni cercenarse en medio del general tumulto, persistía casi intacto el espíritu del viejo régimen, la regla del hábito invariable, la costumbre hereditaria pugnando por sofocar la tendencia al cambio, al pretender más de una vez destruir las fuerzas divergentes con su mano de plomo.

Asemejábase en el período de gestación, y de deshecha borrasca luego, a un enorme crustáceo que, bien adherido a la roca, resistía impávido y sereno el rudo embate de la corriente que arrastraba preocupaciones y errores, brozas y despojos para reservarse descubrir y alargar las pinzas sobre la presa, así que el exceso desbordado de energía revolucionaria se diera treguas en la obra de implacable destrucción.

Esa corriente, con ser poderosa, no podía detenerse a romper su coraza, y pasaba de largo ante el muro sombrío rozándolo en vano con su bullente espuma.

El recinto amurallado, verdadero cinturón volcánico, no abría sus colosales portones ni tendía el puente levadizo, sino para arrojar falanges disciplinadas y valerosas, con la consigna severa de triunfar o de morir por el rey.


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241 págs. / 7 horas, 2 minutos / 194 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Grito de Gloria

Eduardo Acevedo Díaz


Novela


Capítulo 1

Las campañas antes tan hermosas, rebosantes de vida, estaban ahora mustias, llenas de desolación profunda. Creeríase que un ciclón inmenso las hubiese devastado de norte a sur y del este al occidente, sepultando hasta el último rebaño bajo las ruinas del desastre.

Soplaba como un viento asolador sobre los campos; la grande propiedad parecía aniquilada. No se veían ya numerosos los ganados agrupados en los valles o en las faldas de las sierras.

En su mayor parte las viviendas estaban sin moradores, saqueadas, en escombros, y en estas «taperas» crecía la yerba salvaje hasta ocultar los picachos del lodo seco. ¿Para qué hombres y perros pastores? En la tierra conquistada había concluido, la labor libre y muerto toda industria. Sus hijos, ya exánimes los unos, los otros errantes, habían agotado en lucha tenaz, todo el caudal de su esfuerzo bravío.

El desaliento cundía a modo de vaho asfixiante de uno a otro confín; no se elevaban cabezas altivas, ni brazos poderosos, ni gritos terribles de combate, allí donde durante nueve años se habían chocado múltiples ejércitos y consagrádose a hierro y fuego la aspiración constante de libertad.

Los nuevos dueños del país allanaban las propiedades y se repartían los frutos. Acompañábales la sed insaciable de riquezas que se apodera de los fuertes en pos de fáciles victorias y extendían la garra con la brutalidad de la bestia cebada. Ninguna barrera podía detenerlos. Dineros, bienes, honras, vidas, todo era barrido por la ola de la conquista.

En los primeros días, a través de las cuchillas, a lo largo de los caminos, en lo hondo de los valles, un ruido pavoroso, cada vez en aumento, un mugido extenso, continuó, siniestro, formado por infinitos ecos, llenaba de aflicción los pagos.


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301 págs. / 8 horas, 48 minutos / 189 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Brenda

Eduardo Acevedo Díaz


Novela


En una casa situada en las afueras de Montevideo, a altas horas de una noche de verano que lucía algunas estrellas, y cuyo aire tibio formaba nebulosas con los vapores flotantes de la niebla alrededor de los reverberos, cruzaban por el patio varias sombras calladas e inquietas, personas que andaban sobre la punta de los pies comprimiendo sus alientos y evitando el más leve rumor. Algo grave ocurría. En ese hogar frío, en efecto, una mujer moribunda luchaba aún por conservarse al cariño de los suyos, asida a los últimos hilos de la vida, como quien puede estarlo a las ramas delgadas y flexibles de un arbusto espinoso, que crujen y se doblan por instantes, a medida que el cuerpo sin fuerzas y aterido gravita más hacia el abismo. Todo respiraba esa soledad abrumante que invade de súbito el ánimo, y que precede al vacío que deja un dolor severo. En el campo, en las arboledas, en las granjas vecinas no se percibía ruido alguno: tan sólo en la carretera que se extendía delante, las ruedas de algún carro que pasaba, a intervalos, lentamente, interrumpían la quietud de aquellas horas. La casa solitaria parecía una tumba. Pero el espíritu estaba lleno de zozobra y agitado allí dentro, en presencia de un cuadro que se renueva todos los días, y cuya impresión sin embargo no se borra nunca. ¡Tan difícil es acostumbrarse a la idea de que una vez ha de convertirse nuestro cuerpo en polvo, y de que hay un sueño sin ensueños, bajo el dosel de una noche eterna!

El médico había mirado a la enferma, la última vez, desde lejos, con expresión indefinible y actitud helada; esa expresión que indica el deseo de no asistir al último suspiro que la ciencia no ha podido retardar, y esa actitud que denuncia la impaciencia de abandonar un sitio en donde, al olor de la droga del récipe, va a seguirse el más especial aún, de un cadáver. Después había dicho, al retirarse:


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356 págs. / 10 horas, 24 minutos / 209 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

El Escándalo

Pedro Antonio de Alarcón


Novela


A la memoria

Del insigne poeta, filósofo, orador y estadista D. NICOMEDES PASTOR DÍAZ, ministro que fue de Fomento, de Estado y de Gracia y Justicia, individuo de número de la Real Academia Española, rector de la Universidad de Madrid, etc., etc.

Dedica este libro en testimonio de inextinguible cariño filial, admiración y agradecimiento, Su inconsolable amigo,

P. A. DE ALARCÓN.

ESCORIAL, JUNIO DE 1875.

Libro I — Fabián Conde

Parte I. La opinión pública

El lunes de Carnestolendas de 1861 —precisamente a la hora en que Madrid era un infierno de más o menos jocosas y decentes mascaradas, de alegres estudiantinas, de pedigüeñas murgas, de comparsas de danzarines, de alegorías empingorotadas en vistosos carretones, de soberbios carruajes particulares con los cocheros vestidos de dominó, de mujerzuelas disfrazadas de hombre y de mancebos de la alta sociedad disfrazados de mujer; es decir, a cosa de las tres y media de la tarde—, un elegante y gallardo joven, que guiaba por sí propio un cochecillo de los llamados cestos, atravesaba la Puerta del Sol, procedente de la calle de Espoz y Mina y con rumbo a la de Preciados, haciendo grandes esfuerzos por no atropellar a nadie en su marcha contra la corriente de aquella apretada muchedumbre, que se encaminaba por su parte hacia la calle de Alcalá o la Carrera de San Jerónimo en demanda del Paseo del Prado, foco de la animación y la alegría en tal momento…


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319 págs. / 9 horas, 18 minutos / 549 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Doña Berta

Leopoldo Alas "Clarín"


Novela corta


Capítulo 1

Hay un lugar en el Norte de España adonde no llegaron nunca ni los romanos ni los moros; y si doña Berta de Rondaliego, propietaria de este escondite verde y silencioso, supiera algo más de historia, juraría que jamás Agripa, ni Augusto, ni Muza, ni Tarick habían puesto la osada planta sobre el suelo, mullido siempre con tupida hierba fresca, jugosa, obscura, aterciopelada y reluciente, de aquel rincón suyo, todo suyo, sordo, como ella, a los rumores del mundo, empaquetado en verdura espesa de árboles infinitos y de lozanos prados, como ella lo está en franela amarilla, por culpa de sus achaques.

Pertenece el rincón de hojas y hierbas de doña Berta a la parroquia de Pie del Oro, concejo de Carreño, partido judicial de Gijón; y dentro de la parroquia se distingue el barrio de doña Berta con el nombre de Zaornín, y dentro del barrio se llama Susacasa la hondonada frondosa, en medio de la cual hay un gran prado que tiene por nombre Aren. Al extremo Noroeste del prado pasa un arroyo orlado de altos álamos, abedules y cónicos humeros de hoja obscura, que comienza a rodear en espiral el tronco desde el suelo, tropezando con la hierba y con las flores de las márgenes del agua.


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64 págs. / 1 hora, 53 minutos / 375 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Nativa

Eduardo Acevedo Díaz


Novela


Capítulo 1. Tiempos viejos

Allá por los años de 1821 a 1824, cuando la nacionalidad oriental aparecía aún incolora casi atrofiada al nacer por rudísimos golpes capaces de producir la parálisis o por lo menos la anemia que se sucede siempre a la postración y al prolongado delirio, —la libertad de la palabra escrita no alcanzaba tal vez el vuelo de una campana, y por el hecho la propaganda tenía límites circunscriptos a un círculo popiliano —estrecha, somera, recelosa, lapidaria, espantadiza como ave zancuda que se abate en una loma en donde no hay para ella alimento, y al pretender remontarse a los aires se arrastra primero azotando el suelo con la punta de las alas y prorrumpiendo en desafinadas notas. Era este un fenómeno natural. Toda resistencia había cesado desde hacía pocos meses, y la robusta sociabilidad que sangrara por cien heridas durante cerca de dos lustros para darse su autonomía propia o recuperar su equilibro primitivo, había sido asimilada por un poder mayor, a título de Estado Cisplatino. Desde luego, esta sociabilidad había sido atacada en sus fundamentos, en sus tradiciones, en sus costumbres, en su idioma, en sus propensiones nativas —sustrayéndosela a la vida solidaria de sus congéneres por la razón de la fuerza y la lógica de la conquista. Explícase así entonces, por qué la libertad del pensamiento no gozaba de más espacio que el que recorre una flecha; cuando a semejanza del ave viajera —sentada apenas la planta— no emigraba con sus intérpretes a mejores climas.


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342 págs. / 9 horas, 58 minutos / 162 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

A Flor de Piel

Antonio de Hoyos y Vinent


Novela


Épigraphe pour un lyre condamné

Lecteur paisible et bucolique,
sobre et naïf homme de bien,
jette ce livre saturnien,
orgiaque et mélancolique.

Si tu n'as fait ta rhétorique
chez Satan, le rusé doyen,
jette! tu n'y comprendrais rien
ou tu me croirais hystérique.

Mais si, sans se laisser charmer,
Ton æil sait, plonger dans les gouffres,
Lis-moi pour apprendre à m'aimer;

Ame curieuse qui gouffres
Et vas cherchant ton paradis,
Plains-moi!… Sinon, je te maudis!

CHARLES BAUDELAIRE

Parte 1. Libro primero

Capítulo 1

Hay un trágico cotidiano que es mucho más real, mucho más
profundo y mucho más conforme con nuestro ser verdadero
que el trágico de las grandes aventuras.

MAETERLINCK


Tus lunares van a ser causa
que me echen a mí de esta casa.
Que me echen a mí de esta casa.

… Y Lucerito Soler, grácil y vibradora, se marcó un tango con toda la sal de la tierra de María Santísima y toda la voluptuosa, languidez de las danzas moras, haciendo destacarse lujuriantes las divinas formas de su cuerpo bajo el vergel florido de un mantón de Manila de largos flecos. Un brazo en alto, sosteniendo sobre los bandós de pelo negro, brillante y azulado, que recortaban la pura frente de helénico entrecejo, el redondo sombrero de color tabaco, y el otro un poco echado hacia atrás, dibujando armoniosa curva que remataba castañeteante la fina mano de corte aristocrático, mareaba con los piececitos de niña los compases del baile, mientras sus ojos, inmensos, misteriosos, nostálgicos, indefinibles, languidecían henchidos de picardías y deseos, y sus dientes, blancos y menudos, mordían ansiosamente la fruta prohibida de sus labios rojos, en vago prometer de voluptuosidades.


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197 págs. / 5 horas, 45 minutos / 891 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Superchería

Leopoldo Alas "Clarín"


Novela corta


A Tomás Tuero

Tomás: Después de leído este libro, el que más quiero de los míos, no sé por qué, a no ser vagamente, sentí la comezón de dedicártelo a ti.

Clarín.

Capítulo 1

Nicolás Serrano, un filósofo de treinta inviernos, víctima de la bilis y de los nervios, viajaba por consejo de la medicina, representada en un doctor, cansado de discutir con su enfermo. No estaba el médico seguro de que sanara Nicolás viajando; pero sí de verse libre, con tal receta, de un cliente que todo lo ponía en tela de juicio, y no quería reconocer otros males y peligros propios que aquellos de que tenía él clara conciencia. En fin, viajó Serrano, lo vio todo sin verlo, y regresaba a España, después de tres años de correr mundo, preocupado con los mismos problemas metafísicos y psicológicos, y con idénticas aprensiones nerviosas.


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55 págs. / 1 hora, 37 minutos / 131 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

La Hermana San Sulpicio

Armando Palacio Valdés


Novela


Capítulo 1. A las aguas de Marmolejo

Quiero contar la historia puntual de un episodio de mi vida que no deja de ofrecer algún interés; aunque mi impericia en el arte de escribir quizá llegue a quitárselo. Los sucesos que voy a confiar al papel son tan recientes, que el eco de sus vibraciones aún no se ha apagado en mi alma. Esto hará seguramente más confusa la narración. No han tenido tiempo a depositarse los sedimentos y no es fácil sumergir en esta época importante de mi vida la mirada y distinguir lo que debe tomarse y dejarse para hacer comprensivas y gratas estas confidencias. Pero, en cambio, palpitará en ellas la verdad, y a su mágico influjo tal vez se disipen y se borren las infinitas manchas que mi pluma habrá dejado caer.

Ante todo, es bien que os informe de quién soy, cuál es mi patria y mi condición. Estadme atentos.


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378 págs. / 11 horas, 2 minutos / 425 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

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