Textos por orden alfabético inverso publicados el 28 de enero de 2017 | pág. 2

Mostrando 11 a 12 de 12 textos encontrados.


Buscador de títulos

fecha: 28-01-2017


12

Confesiones de un Bribón

Wilkie Collins


Novela


AL LECTOR

Las siguientes páginas fueron escritas hace más de veinte años y desde entonces, se han venido publicando periódicamente en «Household Words».

Tal como fue publicado originariamente, «El Bribón» fue acogido muy favorablemente. Año tras año, fui retrasando la reedición, haciéndome eco de la propuesta de mi viejo amigo Mr. Charles Reade, que sugería matizar más y alargar las aventuras del héroe en Australia, pero la oportunidad de llevar a cabo este proyecto, realmente ha resultado ser una oportunidad perdida de mi vida. Reedito la historia sin alterar el final original, pero con adiciones ocasionales y mejoras que, espero, la harán más merececedora de atención en el momento actual.

El lector crítico, puede observar, posiblemente, un tono de alegría casi bulliciosa en ciertas partes de estas confesiones imaginarias. Sólo puedo alegar, en mi defensa, que la historia ofrece el fiel reflejo de una etapa muy feliz de mi vida pasada. Fue escrita en París, cuando tuve a Charles Dickens de vecino cercano y compañía diaria, y cuando gastaba alegremente las horas de ocio con muchos otros amigos, todos relacionados con la literatura y el arte, de los cuales el admirable comediante Regnier, es ahora el único sobreviviente. La revisión de estas páginas ha sido para mí una tarea melancólica. Sólo puedo esperar que animen los momentos de tristeza de los demás. «El Bribón» sin duda puede reclamar dos méritos, al menos, a los ojos de la nueva generación: que esta obra no contiene dos momentos serios seguidos, y que «no se necesita mucho tiempo para leerlo».

Wilkie Collins.

GLOUCESTER PLACE, LONDRES, 6 de Marzo de 1879.


Información texto

Protegido por copyright
145 págs. / 4 horas, 14 minutos / 109 visitas.

Publicado el 28 de enero de 2017 por Edu Robsy.

Asia

Iván Turguéniev


Novela corta


I

Tenía yo entonces veinticinco años —empezó N. N.—, así que, como ven, se trata de una historia muy antigua. Acababa de alcanzar una posición independiente y había partido para el extranjero, no con intención de «completar mi educación», como se decía en aquella época, sino simplemente porque tenía ganas de recorrer esos mundos de Dios. Gozaba de buena salud, era joven, de ánimo alegre, no me faltaba el dinero, las preocupaciones aún no habían tenido tiempo de visitarme, vivía libre de agobios, hacía cuanto se me antojaba; en una palabra, florecía. Por aquel entonces no se me pasaba por la cabeza que el hombre no es una planta y que no puede florecer mucho tiempo. Lajuventud se alimenta de dorados alfajores y se figura que es el pan de cada día; pero llega un tiempo en que hasta el pan le falta. Pero no merece la pena que hablemos de esa cuestión.


Información texto

Protegido por copyright
57 págs. / 1 hora, 40 minutos / 473 visitas.

Publicado el 28 de enero de 2017 por Edu Robsy.

12