Textos favoritos publicados el 29 de febrero de 2024

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fecha: 29-02-2024


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Brujerías

Pablo Palacio


Cuento


La primera:


Andaba a caza de un filtro; de un filtro de amor; de uno de esos filtros que ponen en los libros ocultistas


«Para obtener los favores de una dama tómese una onza y media de azúcar cande, pulverícese groseramente en un mortero nuevo haciendo esta operación en viernes por la mañana, diciendo a medida que machacaréis: abraxas abracadabra. Mezclad este azúcar con medio cuartillo de vino blanco bueno; guardar esta mezcla en una cueva oscura por espacio de 27 días; cada día tomad la botella que no ha de estar enteramente llena, y la menearéis fuerte por espacio de 52 segundos diciendo abraxas. Por la noche haréis lo mismo pero durante 53 segundos y tres veces diréis abracadabra. Al cabo del 27 día…».


Pero este muchacho no estaba al tanto de los grandes secretos ocultistas y buscaba una bruja que le confeccionara la bebida maravillosa.

Si yo lo sé, lo evito a todo trance.

Bastaba con facilitarle los «ADMIRABLES SECRETOS» DE ALBERTO EL GRANDE y el HEPTAMERÓN compuesto por el famoso mágico Cipriano e impreso en Venecia el año de 1792 por Francisco Succoni. Lo de los filtros es elementario en ciencias mágicas.

Pero el atolondrado no pregunta; no consulta con los entendidos; no avisa siquiera a nadie: va en busca de una bruja; da con una, flaca y barriguda como una tripa inflada a la mitad; se lo cuenta todo, y la bruja se enamora de él.

¡Ah, bruja pícara! Dizque le decía, babosa y arrugada:

—Mi bonito, le vamos a dar una bebida que le caiga al pelo.

Y le mandaba ir todos los días. Y le metía las manos entre los sobacos. Y le acercaba mucho a la cara su espléndida nariz; su espléndida nariz borbona, ancha, colorada, ganchuda, acatarrada.

Yo no sé como la bruja no hizo una barbaridad, como a darle a beber del filtro.


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5 págs. / 9 minutos / 67 visitas.

Publicado el 29 de febrero de 2024 por Edu Robsy.

Las Mujeres Miran las Estrellas

Pablo Palacio


Cuento


Juan Gual, dado a la historia como a una querida, ha sufrido que ella le arranque los pelos y le arañe la cara.

Los historiadores, los literatos, los futbolistas, ¡psh!, todos son maniáticos, y el maniático es hombre muerto. Van por una línea, haciendo equilibrios como el que va sobre la cuerda, y se aprisionan al aire con el quitasol de la razón.

Sólo los locos exprimen hasta las glándulas de lo absurdo y están en el plano más alto de las categorías intelectuales.

Los historiadores son ciegos que tactean; los literatos dicen que sienten; los futbolistas son policéfalos, guiados por los cuádriceps, gemelos y soleus.

El historiador Juan Gual. Del gran trapecio de la frente le cuelgan la pirámide de la nariz y el gesto triangular de la boca, comprendido en el cuadrilátero de la barbilla.

Mide 1 m. 63 ctms. y pesa 120 lbs. Este es un dato más interesante que el que podría dar un novelista. María Augusta, abandonando el tibio baño, secóse cuidadosamente con una amplia y suave toalla y colocóse luego la fina camisa de batista, no sin antes haberse recreado, con delectación morbosa, en la contemplación de sus redondas y voluptuosas formas.

Juan Gual, sorbiendo el rapé de los papeles viejos, descifra lentamente la pálida escritura antigua.

«Sor. Capitán Gral.: Enterado de que los Abitantes del pequeño Pueblo de Callayruc…»

El Copista, después de un momento contesta: «… de Callayruc»

«estavan mal impresionados con especies que su rusticidad…»

«… que su rusticidad»

Bueno, ¿y qué le importan al señor Gual los habitantes del pequeño pueblo de Callayruc? Lo que a mí el mismo señor Gual.

El cuentista es otro maniático. Todos somos maniáticos; los que no, son animales raros.


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Publicado el 29 de febrero de 2024 por Edu Robsy.

Luz Lateral

Pablo Palacio


Cuento


Se ha producido ya en mí aquel elegante fenómeno de alargamiento de los párpados sobre los ojos como manos curvadas sobre naranjas y que caen con idéntica nebulosidad dulce que el tiempo sobre los recuerdos.

Este elegante fenómeno que, generalmente, corresponde a una época, me ha asaltado bien pronto debido a ciertas circunstancias.

No soy viejo: tengo treinta años. Me veo como esos hombres que agotan sus músculos en una hora, frente a otros que trabajan ocho, con sabia y económica calmosidad.

También se me han caído un poco las cejas y estoy bastante calvo.

Se trata… ¡ah! Se trata de aquella muchacha, Amelia, que me traía claramente la imagen de la heroína de un señor novelista, a quien sus padres (¿o ella misma?) le ordenaban (¿o se ordenaba?) conservar sus trenzas largas, ya porque le sentaran bien o por mantener su fresco aspecto infantil.

¡Hombre! Y era bastante pálida. Ahora la veo. Bajo cada ceja debió tener una media luna de tinta azul, lo que le hacía interesantísima. Y como los labios también eran muy pálidos, me enamoré de ella. Creo que esta es una razón poderosa; las mujeres que tienen los labios colorados por fuerza nos ponen nerviosos; dan la idea de haberse comido media libra de carne de cerdo recién degollado.

Bueno, pues. Como era una muchacha me estuve esperando que madurara y apenas la vi con las piernas un poco gruesas, me casé.

¡Hola, María!

¡Caramba! Me acaban de decir que está servido el almuerzo y tengo que irme. No pierda usted su buen humor. Espere usted un momento. Yo me pongo nervioso cuando me dicen que está servido el almuerzo.

Decía que me casé con Amelia. Bien: estoy seguro de haber vivido con ella durante un año casi en la más completa cordialidad, casi, porque había un feroz motivo de entenebrecimiento de mi vida.


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4 págs. / 8 minutos / 114 visitas.

Publicado el 29 de febrero de 2024 por Edu Robsy.

La Doble y Única Mujer

Pablo Palacio


Cuento


(Ha sido preciso que me adapte a una serie de expresiones difíciles que sólo puedo emplear yo, en mi caso particular. Son necesarias para explicar mis actitudes intelectuales y mis conformaciones naturales, que se presentan de manera extraordinaria, excepcionalmente, al revés de lo que sucede en la mayoría de los «animales que ríen»).

Mi espalda, mi atrás, es, si nadie se opone, mi pecho de ella. Mi vientre está contrapuesto a mi vientre de ella. Tengo dos cabezas, cuatro brazos, cuatro senos, cuatro piernas, y me han dicho que mis columnas vertebrales, dos hasta la altura de los omóplatos, se unen allí para seguir —robustecida— hasta la región coxígea.

Yo-primera soy menor que yo-segunda.

(Aquí me permito, insistiendo en la aclaración hecha previamente, pedir perdón por todas las incorrecciones que cometeré. Incorrecciones que elevo a la consideración de los gramáticos con el objeto de que se sirvan modificar, para los posibles casos en que pueda repetirse el fenómeno, la muletilla de los pronombres personales, la conjugación de los verbos, los adjetivos posesivos y demostrativos, etc., todo en su parte pertinente. Creo que no está demás, asimismo, hacer extensiva esta petición a los moralistas, en el sentido de que se molesten alargando un poquito su moral y que me cubran y que me perdonen por el cúmulo de inconveniencias atadas naturalmente a ciertos procedimientos que traen consigo las posiciones características que ocupo entre los seres únicos).


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14 págs. / 25 minutos / 216 visitas.

Publicado el 29 de febrero de 2024 por Edu Robsy.

El Cuento

Pablo Palacio


Cuento


Existen en la actualidad asuntos importantísimos de explotación sociológica y política: lo de Marruecos, los sistemas de colonización francesa y española, el gran problema de las finanzas, la identidad de la Europa feudal y la América colonial, la difícil cuestión de la procedencia de los primeros habitantes de este continente, y muchísimos más. Pero creo que brilla sobre todos la eternamente nueva y eternamente vieja opinión pública.

¡La opinión pública, freno de gobernantes y único timón seguro para conducir con buen éxito la nave del Estado! ¡La opinión pública, morigeradora de las costumbres políticas, de las costumbres sociales, de las costumbres religiosas!

Supongamos que pudiera existir un hombre que participe sincera e idénticamente de estas ideas. Luego este hombre debe llamarse Francisco o Manuel y estar a la media edad, entre gordo y flaco, entre barbudo y no barbudo.

Este don Francisco o don Manuel, tiene que ser pequeño, de párpados con bolsas, usar jaquet y detestable sombrero.

Andará lentamente, blandiendo el bastón y moviendo las caderas.

Solterón y aburrido, deberá tener una amiga que fue amiga de todos, conquistada a fuerza de acostumbramiento, y a quien cualquier mequetrefe pudo llamar:

—Pst. Pst… (etc.).

Esta amiga —Laura o Judith— tendrá cualquier nariz —pongamos aguileña—, cualquier cabello —canela—, cualesquiera ojos —pardos—, y será larguirucha y voluntariosa.

Puede vivir al cabo de una calle sucia.

Puede tener amigas muy alegres con quienes celebre sesiones animadas, que salpicarán el cuento como el lodo un vestido nuevo, al manotazo de un caballo en una charca.


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1 pág. / 2 minutos / 43 visitas.

Publicado el 29 de febrero de 2024 por Edu Robsy.

¡Señora!

Pablo Palacio


Cuento


—Usted fue, sí, usted fue.

—¿Señora…?

—Le digo que fue usted; no sea sinvergüenza.

—Pero… ¡señora!… perdone: no sé de lo que se trata.

—¡Ah!, cínico… Devuélvame enseguida lo que ha cogido.

El hombre sintió un crujido en el armatoste de su buen juicio y se quedó viendo la cara de la rabiosa con ojos desencajados.

—¿Fue usted quien estuvo sentado junto a mí en el Teatro?

—… Sí, señora; así me parece…

—Entonces, ¿qué hizo de mi saquito de joyas?

—Pero ¿qué saquito de joyas?

—¡Oh! Esto es demasiado. Y ¡claro!, no podía ser de otra manera. ¡A lo que hemos llegado! Usted se va conmigo, jovencito, y no diga nada porque no quiero hacerle tomar un chasco. ¡Se ha de creer que sea yo quien sienta vergüenza antes que él!

En la comedia moderna, el automóvil es un personaje interesantísimo; así es que se acercó un automóvil.

—A la Policía.

Anonadamiento. «¿Estoy yo loco o está ella loca? ¿Sueño o no sueño? ¿Qué es lo que me pasa? ¿Soy ladrón o no soy ladrón? ¿Existo o no existo?». Alto grado de estupidez.

—¡Pero, señora!

—¡Vuelve usted con lo mismo! No me va a ser posible entenderme con usted. Ya se lo he dicho. Lo que tiene que hacer es devolverme lo que ha cogido y no venirme con lamentaciones. Nada de esto hubiera pasado si usted me habría devuelto eso enseguida. ¿A qué vienen sus fingimientos?

—Se lo juro, señora: no sé qué es lo que usted me reclama.

—¡Cállese! ¡Cállese! Me va a hacer encolerizar. Tengo convencimiento de que fue usted y por eso hago lo que hago. Y no sé bien por qué procedo así. A pesar de la monstruosidad que acaba de cometer, me ha simpatizado; si no, estuviera ya en la Policía y vergonzosamente. Pero por algo noto que es una persona decente y estoy segura de que no sufrirá el bochorno de las investigaciones.

Policía.


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3 págs. / 5 minutos / 105 visitas.

Publicado el 29 de febrero de 2024 por Edu Robsy.

Relato de la Muy Sensible Desgracia Acaecida en la Persona del Joven Z

Pablo Palacio


Cuento


El joven Z se matriculó en el año de Patología el quince de octubre de mil novecientos veinticinco.

Puede afirmarse que, primordialmente, el desgraciado joven Z tuvo 3 amigos: A, B y C. C es el cuentista.

Mi nunca bien admirado amigo Z fue un mártir del análisis introspectivo y de su buena voluntad de paciente. Mi amigo Z pudo estudiar la materia íntegra sobre sí mismo, progresivamente, a medida que su ojo hecho de tragedia se comía las páginas del inocente Collet.

Aunque no era tuerto, digo «su ojo», porque es mejor decir «su ojo» que «sus ojos».

Siguiendo el sistema del segundo capítulo de mi RELATO, afirmo que para mi recordado amigo, muy justicieramente desde luego, la letra Z fue la más importante del alfabeto.

Y de conformidad con lo dicho en el tercer capítulo, para perpetua lamentación nuestra, acaecióle lo que en éstos se refiere:


REUMATISMO ARTICULAR AGUDO


En los primeros meses de estudio fue asaltado por el peligrosísimo reumatismo articular agudo; un insistente dolor en la muñeca derecha, que mantuvo en constante tensión de ánimo a sus amigos A, B y C.

Consecuencias autopronosticadas por el espíritu analítico de Z: peligrosísimas afecciones cardíacas. Etiología: la maldición de las habitaciones húmedas. Todas las habitaciones son húmedas. ¿Qué haría Z? Z era el joven más desgraciado del mundo. Las letras del alfabeto estaban óseamente atacadas de indiferentismo. Z podía morirse como un perro.


CAPÍTULO DE LECTURA PROHIBIDA


Atropellada, irrazonada, inexplicablemente, Z, mi inolvidable amigo, tomó vergonzosa infección uretral. ¡La compasión universal sobre Z! Pero todos tienen la compasión acorazada por durilones…


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2 págs. / 4 minutos / 74 visitas.

Publicado el 29 de febrero de 2024 por Edu Robsy.

Un Hombre Muerto a Puntapiés (cuentos)

Pablo Palacio


Cuentos, colección


Con guantes de operar, hago un pequeño bolo de lodo suburbano. Lo echo a rodar por esas calles: los que se tapen las narices le habrán encontrado carne de su carne.

Un hombre muerto a puntapiés

«¿Cómo echar al canasto los palpitantes acontecimientos callejeros?»

«Esclarecer la verdad es acción moralizadora».

El Comercio de Quito


«Anoche, a las doce y media próximamente, el Celador de Policía N.º 451, que hacía el servicio de esa zona, encontró, entre las calles Escobedo y García, a un individuo de apellido Ramírez casi en completo estado de postración. El desgraciado sangraba abundantemente por la nariz, e interrogado que fue por el señor Celador dijo haber sido víctima de una agresión de parte de unos individuos a quienes no conocía, sólo por haberles pedido un cigarrillo. El Celador invitó al agredido a que le acompañara a la Comisaría de turno con el objeto de que prestara las declaraciones necesarias para el esclarecimiento del hecho, a lo que Ramírez se negó rotundamente. Entonces, el primero, en cumplimiento de su deber, solicitó ayuda de uno de los chaufferes de la estación más cercana de autos y condujo al herido a la Policía, donde, a pesar de las atenciones del médico, doctor Ciro Benavides, falleció después de pocas horas.

»Esta mañana, el señor Comisario de la 6.a ha practicado las diligencias convenientes; pero no ha logrado descubrirse nada acerca de los asesinos ni de la procedencia de Ramírez. Lo único que pudo saberse, por un dato accidental, es que el difunto era vicioso.

»Procuraremos tener a nuestros lectores al corriente de cuanto se sepa a propósito de este misterioso hecho».

No decía más la crónica roja del Diario de la Tarde.


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52 págs. / 1 hora, 31 minutos / 491 visitas.

Publicado el 29 de febrero de 2024 por Edu Robsy.

EL TAO DE LA FÍSICA

FRITJOF CAPRA


Este libro fue pasado a formato digital para facilitar la difusión, y con el propósito deque así como usted lo recibió lo pueda hacer llegar a alguien más. HERNÁN


EL TAO DE LA FÍSICA FRITJOF CAPRA Este libro fue pasado a formato digital para facilitar la difusión, y con el propósito de que así como usted lo recibió lo pueda hacer llegar a alguien más. HERNÁN Para descargar de Internet: “ELEVEN” – Biblioteca del Nuevo Tiempo Rosario – Argentina Adherida a: Directorio Promineo: www.promineo.gq.nu Libros de Luz: http://librosdeluz.tripod.com 2 Escaneado por Germán Campos, Chile 2004 Tercera edición: Marzo 2000 Título original: THE TAO OF PHYSICS Traducido del inglés por Alma Alicia Martell Moreno Ilustración de la portada: Guillermo D. Elizarrarás de la versión original de Frjtjof Capra, 1975, 1983 © de la presente edición: EDITORIAL SIRIO, S.A. C/. Panaderos, 9 Tel. 952 22 40 72 - 29005 MALAGA ISBN: 84-7808-175-5 Depósito legal: B. 12.750 - 2000 Impreso en España en los talleres gráficos de Romanyá/Valls, S.A. Verdaguer, 1 08786 Capellades (Barcelona) Dedico este libro a: Ali Akbar Khan Carlos Castaneda Geoffrey Chew John Coltrane Werner Heisenberg Krishnamurti Liu Hsiu Ch'i Phiroz Mehta Jerry Shesko Bobby Smith Maria Teuffenbach Alan Watts, por haberme ayudado a encontrar mi camino, y a Jacqueline, que ha viajado conmigo sobre él la mayor parte del tiempo. Esta es la primera edición en español publicada por Editorial Sirio, S.A. de la obra El Tao de la Física, de Fritjof Capra. Incluimos los prefacios y apéndices a la P, 2" y 3° edición en lengua inglesa, para no alterar el contenido de la versión original. Los Editores. AGRADECIMIENTOS El autor y los editores agradecen la autorización para reproducir las ilustraciones que figuran en las páginas siguientes: Pág. 53: Foto Gary Elliott Burke. Págs. 108, 300 y 302: CERN, Ginebra, Suiza. Pág. 112: reproducciones de Zazen por E.M. Ilooykaas y B. Schierbeck, Ornen Press, Tucson, Arizona. Págs. 114, 191: Herederos de Eliot Elisofon. Pág. 123: Gunvor Moitessier. Pág.


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Publicado el 29 de febrero de 2024 por luchojazmin.

LA TOTALIDAD Y EL ORDEN IMPLICADO

DAVID BOHM


LA TOTALIDAD Y EL ORDEN IMPLICADO


DAVID BOHM LA TOTALIDAD Y EL ORDEN IMPLICADO AGRADECIMIENTOS El autor y el editor quieren agradecer la autorización necesaria para reproducir sus trabajos a las siguientes personas y entidades: The Van Leer Jerusalem Foundation (capítulos 1 y 2, de Fragmentation and Wholeness, 1976); los editores de The Academy (cap. 3, del vol. 19, n.° 1, febrero 1975); Academic Press Ltd. (capítulo 4, de Quantum Theory Radiation and High ¡inergy Physics, 3.a parte, edición a cargo de D. R. Bates, 1962); Plenum Publishing Corporation (capítulos 5 y 6, de Foundations ofPhysics, vol. 1, n.° 4, 1971, págs. 359381 y vol. 3, n.°2, 1973, págs. 139168). INTRODUCCION Este libro es una colección de ensayos (véanse Agradecimientos) que muestran el desarrollo de mi pensamiento durante los últimos veinte años. Tal vez será útil, primero, comenzar Con una breve introducción que señale cuáles van a ser las principales cuestiones que se van a discutir, y cómo están relacionadas entre sí. Diría que, en mi trabajo científico y filosófico, mi principal Interés ha sido el de comprender la naturaleza de la realidad en general, y la de la consciencia en particular, como un todo coherente, el cual nunca es estático ni completo, sino que es un proceso interminable de movimiento y despliegue. Así que, cuando miré hacia atrás, vi que, cuando era niño, me encontraba fascinado por el enigma, el misterio ciertamente, de lo que es la naturaleza del movimiento. Cada vez que se piensa sobre algo, parece que se capta, o como algo estático, o como una serie de imágenes estáticas. Pero, en la experiencia real del movimiento, uno siente un proceso de flujo continuo, no dividido, con el que la serie de imágenes estáticas del pensamiento se relaciona como podría relacionarse una serie de fotos «fijas» con la realidad de un automóvil a toda velocidad.


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294 págs. / 8 horas, 35 minutos / 210 visitas.

Publicado el 29 de febrero de 2024 por luchojazmin.

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