Las Siete Mujeres Feas
Arturo Robsy
Cuento
Fábula del país de los Cretinos
Siete mujeres feas estaban paradas en la calle, quejándose de su
desgracia y lamentando la ausencia de un amor en sus vidas. Como la
belleza produce egoísmo, así la fealdad da lugar a angustias de extensa
sintomatología. Pasó por allí una octava, guapetona, cara—de—ángel,
culirredonda y pechienhiesta.
—¿Por qué os quejáis? —les preguntó.
—Porque somos feas.
—¡Ah! Antiguas es lo que sois, porque hoy todo tiene remedio.
—¿Sí? ¿Podremos ser guapas? ¿Tanto como lo eres tú?
—Naturalmente. ¿Veis que elástico y levantado tengo el pecho? Pues es gracias al Cruzado Mágico Tetín, el mejor. Su peculiar diseño hace de la ubre más flácida el seno más clásico, erguido y turgente. Usad el Cruzado Mágico Tetín y veréis lo que es canela en rama.
Y las siete mujeres feas corrieron a comprarse el cruzado ése. Se lo calzaron y, al momento, sus pechos fueron idénticos a los de la mujer guapa. Pero quedaba algo más y lo descubrieron al mirarse al espejo: tenían barriguita y el culo fondón y, en la cabecera de los muslos, dos copos de grasa que hacían muy feo al llevar pantalones.
De manera que, decepcionadas, se pusieron a llorar otra vez en mitad de la calle, y su desesperación era mucho mayor que antes, porque los hermosos senos hacían resaltar mucho más sus otros defectos.
Otra mujer guapa, que pasaba por allí, se apiadó de ellas:
—¿Qué os sucede?
—¿No lo ves? Que tenemos un hermoso busto, pero nuestras caderas son feas y nuestros muslos y nuestros traseros... ¿Qué será de nosotras ahora? ¿Cómo podrán los hombres enamorarse de nosotras y tomarnos en serio?
—¿Sólo es eso? Fijaos en mí.
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Publicado el 30 de abril de 2022 por Edu Robsy.