Vacíos del alma
Lorena Alvarado
Poesía en prosa
1 pág. / 1 minuto / 149 visitas.
Publicado el 12 de marzo de 2017 por Lorena Alvarado .
1 pág. / 1 minuto / 149 visitas.
Publicado el 12 de marzo de 2017 por Lorena Alvarado .
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 54 visitas.
Publicado el 3 de marzo de 2021 por Edgar Serna M..
Poco antes de la oración del huerto, un hombre tristísimo que había ido a ver a Jesús, conversaba con Felipe, mientras concluía de orar el Maestro.
—Yo soy el resucitado de Naim —dijo el hombre—. Antes de mi muerte, me regocijaba con el vino, holgaba con las mujeres, festejaba con mis amigos, prodigaba joyas y me recreaba en la música. Hijo único, la fortuna de mi madre viuda era mía tan solo. Ahora nada de eso puedo; mi vida es un páramo. ¿A qué debo atribuirlo?
—Es que cuando el Maestro resucita a alguno, asume todos sus pecados —respondió el apóstol—. Es como si aquel volviera a nacer en la pureza del párvulo…
—Así lo creía y por eso vengo.
—¿Qué podrías pedirle, habiéndote devuelto la vida?
—Que me devuelva mis pecados —suspiró el hombre.
1 pág. / 1 minuto / 461 visitas.
Publicado el 29 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
El señor no estaba en casa, y el negrito que le servía, abrió la puerta a un forastero muy pomposo.
—¿Está en casa su amo de usted? —preguntó el forastero.
—Ha salido —contestó el negrito.
—¡Cuánto lo siento! —exclamó el forastero—. No traigo tarjetas.
—¿Qué importa eso? No se apure: diga su nombre; el negrito tiene buena memoria y no le olvidará.
—Pues bien: diga usted a su amo que ha estado aquí a visitarle D. Juan José María Díez de Venegas, Caballero Veinticuatro de la ciudad de Jerez. ¿Se acordará usted?
—¿Y cómo no? —dijo el negrito.
En efecto; cuando volvió su amo el negrito le dijo:
—Zeñó, aquí han estado a visitar a su merced D. Juan, D. José, doña María, diecinueve negas, veinticuatro caballeros y la ciudad de Jerez.
Dominio público
1 pág. / 1 minuto / 87 visitas.
Publicado el 6 de enero de 2021 por Edu Robsy.
Fue tan hábil este cantor y tenía una voz tan dulce y tan argentina, que hizo el encanto de cuantos le oyeron durante su gloriosa pero no muy larga vida.
Los portugueses estaban llenos de orgullo porque había pertenecido a su nación tan eminente artista.
Así es que, después de su muerte, le enterraron como a todo el mundo; pero el entierro fue suntuoso y las exequias más suntuosas aún. En los Placeres, que aunque parezca extraño, así se llama el cementerio de Lisboa, le erigieron un soberbio mausoleo; y en una lápida de mármol negro inscribieron con letras de oro el siguiente epitafio:
Aquí yace o Senhor de Madureira, o primer cantor do mundo.
Morreu.
Porem, non morreu, Chamoulhe Deus a sua Capella.
Mandou-lhe cantar.
Nào quiz.
Rogou-lhe que cantase.
Entao cantou.
E diz Deus:
Vayan os anjos a merda que canta muito melhor o Senhor de Madureira.
Dominio público
1 pág. / 1 minuto / 48 visitas.
Publicado el 6 de enero de 2021 por Edu Robsy.
—Mucho debe ser, cuando la Providencia me regala de este modo: me puso casa con una hermosa bóveda y de una sola habitación para que no me molestaran los vecinos: no me dio pies, para indicarme que no necesito andar, como tantos infelices, para ganarme la vida: abro mis puertas cuando quiero, y entra la luz, que viene de muy lejos, para alumbrar mi casa: ese mar tan grande y de tan mal genio me trae todos los días como un esclavo la comida, y paso mi existencia durmiendo y despertando con sosiego, en una cuna de nácar, envuelta en mi manto transparente.
—¿Quién cuenta tales grandezas en este rinconcito de mar? —dijo un joven cangrejo—. Deben ser embustes.
—No: todo lo que dice es cierto, pero muy embellecido —respondió un cangrejo sabio.
—¿Me puede usted decir quién es esa princesa?
—Esa princesa es una ostra.
Dominio público
1 pág. / 1 minuto / 4 visitas.
Publicado el 14 de julio de 2024 por Edu Robsy.
Información texto 'Crónicas de Ampiria: El camafeo de Guerón'
Protegido por copyright
1 pág. / 1 minuto / 74 visitas.
Publicado el 3 de enero de 2018 por Iván Incerti Morales.
Apócrifo
Ésta era una pareja
que vivía casada por el registro natural. Un día llegó Tomasito, que
así se llamaba el varón, a la casa, y le dijo la mujer:
—Oiga don Tomasito, ahí está ya la Semana Santa.
—Bueno, ¿y qué?
—¿Y qué?, que yo ya me he confesado y es fuerza que usted se me mude de aquí, pero luego, luego.
Don Tomasito comprendió la fuerza del argumento, y se conformó con la resolución.
Con muchísima prudencia, y sin desplegar sus labios, hizo un lío de trapitos, enrolló su petate, (porque todo esto pasaba en una accesoria), se puso su sombrero y se dirigió a la puerta.
Iba a salir cuando oyó la voz de su adorado tormento que le llamaba.
—Don Tomasito.
—¿Qué se ofrece?
—Oiga usted, váyase pronto, eh; pero el sábado de gloria que no sea necesario andarlo buscando.
Dominio público
1 pág. / 1 minuto / 98 visitas.
Publicado el 29 de octubre de 2020 por Edu Robsy.
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 91 visitas.
Publicado el 3 de marzo de 2021 por Edgar Serna M..
Leer / Descargar texto 'Ciencia y pensamiento complejo - DesarrolloTransdisciplinar de un Paradigma'
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 35 visitas.
Publicado el 2 de diciembre de 2022 por Editorial Instituto Antioqueño de Investigación.