DEDICATORIA
A mis queridos indiferentes.
ADVERTENCIA AL LECTOR
Para iniciar al público en el carácter del
doctor Bonhomet, damos hoy a la luz, en primer lugar, tres relatos que
reflejan, a grandes rasgos, su íntima personalidad.
Inmediatamente después tomará la palabra el doctor y nos relatará
la extrañísima historia de Claire Lenoir, cuya pesada carga de
responsabilidad dejamos recaer enteramente sobre él.
Además, un EPÍLOGO.
Si, como tenemos motivos para temer, este personaje
(incontestable, ¡si hubo alguno!) obtiene cierta fama, pronto
publicaremos, a nuestro pesar, las anécdotas y los aforismos de los que
él es héroe y autor, respectivamente.
VILLIERS DE L’ISLE-ADAM
EL ASESINO DE CISNES
«Los cisnes comprenden los signos.»
VÍCTOR HUGO, Los miserables
Al señor Jean Marras
A fuerza de consultar tomos de historia natural, nuestro ilustre amigo, el doctor Tribulat Bonhomet había acabado por saber que el cisne canta mejor antes de morir.
—En efecto (nos confesaba todavía recientemente), sólo esta
música, desde el momento en que la había escuchado, le ayudaba a
soportar las decepciones de la vida y cualquier otra no le parecía más
que un guirigay, o «Wagner».
—¿Cómo se había procurado ese placer de aficionado?
Del modo siguiente:
En los alrededores de la viejísima ciudad fortificada en que vive,
habiendo descubierto un buen día el práctico anciano, en un parque
secular abandonado, bajo umbrías de grandes árboles, un viejo estanque
sagrado —sobre cuyo oscuro reflejo se deslizaban doce o quince
tranquilas aves—, había estudiado cuidadosamente los accesos, meditado
las distancias, observando sobre todo al cisne negro, su vigilante, que
dormía perdido en un rayo de sol.
Información texto 'La Extraña Historia del Dr. Bonhomet'