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La Taberna

Émile Zola


Novela


Prólogo

La colección de Los Rougon-Macquart se compondrá de una veintena de novelas. El plan general está trazado desde 1869, y lo sigo con extremo rigor. «La Taberna» ha venido a su hora. La he escrito, como escribiré las otras obras, sin apartarme ni por un segundo de mi línea recta. Es esto lo que constituye mi fuerza. Me encamino hacia un objetivo.

Cuando «La Taberna» apareció publicada en un diario, fue atacada y denunciada con una rudeza sin precedentes, y se le imputaron todos los crímenes. ¿Es indispensable que aquí, en algunas líneas, explique mis intenciones de escritor? He querido describir la trayectoria, fatalmente en decadencia, de una familia obrera, dentro del marco corrompido de nuestros arrabales. La embriaguez y la ociosidad conducen al relajamiento de los lazos familiares, a las impurezas de la promiscuidad, al olvido progresivo de los sentimientos honestos, que tienen como lógica conclusión la vergüenza y la muerte. Se trata simplemente de la moral en acción.

A ciencia cierta, «La Taberna» es el más casto de mis libros. Con frecuencia he debido tocar de otra manera plagas espantosas. Y la sola forma en que lo hice ha causado estremecimiento. Se han irritado contra las palabras. Mi crimen consiste en haber tenido la curiosidad literaria de reunir y hacer fluir en un molde bien trabajado el lenguaje popular. ¡Ah, la forma, he ahí el gran crimen! Sin embargo, existen diccionarios de este lenguaje y hay escritores que lo estudian y gozan con su vigor y con lo imprevisto de la fuerza de sus imágenes. Además, constituye un regalo para los gramáticos investigadores. Pero no importa, nadie ha entrevisto que mi deseo consiste en hacer un trabajo puramente filológico, que a mi parecer es de gran interés histórico y social.


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517 págs. / 15 horas, 5 minutos / 929 visitas.

Publicado el 24 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Agamenón

Esquilo


Teatro, Tragedia, Tragedia griega


Personajes del drama

Vigía
Coro de ancianos argivos
Mensajero
Clitemnestra, esposa de Agamenón
Heraldo
Agamenón, rey de Micenas
Casandra, hija de Príamo y cautiva
Egisto, amante de Clitemnestra
 

Agamenón

(En la azotea del palacio de los Atridas en Micenas está apostado un VIGÍA. Es de noche y reina un profundo silencio).

VIGÍA. Pido a los dioses que mis penas cesen, esta guardia, que dura ya hace un año, durante el cual, echado como un perro, en la azotea del palacio Atrida, aprendí a conocer la multivaria multitud de los astros que en el cielo, príncipes luminosos, resplandecen, y las estrellas, que a los hombres traen inviernos y veranos, ortos y ocasos.

(Breve pausa).

Y ahora aguardo el signo de la antorcha, la llama esplendorosa que de Troya ha de traernos nuevas y el anuncio de que al final ha sido conquistada, pues así lo ha mandado de una esposa el varonil e impaciente pecho. Cada vez que me tumbo en mi camastro perdido en la tiniebla y empapado, y nunca visitado por los sueños —que en vez del sueño, el terror se me acerca y el párpado cerrar no me permite en tranquilo reposo—, cuando quiero cantar o bien silbar una tonada buscando contra el sueño algún antídoto, echo a llorar, lamento el infortunio de una casa ya no tan bien llevada como antaño. Mas ¡ojalá que ahora, a través de la noche, apareciera la llama que traerá buenas noticias, y llegara el final de mis desdichas!

(Breve pausa. A lo lejos, de pronto, brilla una luz).


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41 págs. / 1 hora, 12 minutos / 917 visitas.

Publicado el 4 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Ética a Eudemo

Aristóteles


Filosofía, Tratado


Capítulo 1

DE LAS CAUSAS DE LA FELICIDAD

El moralista que en Delos grabó su pensamiento y le puso bajo la protección de Dios, escribió los dos versos siguientes sobre el pórtico del templo de Latona, considerando sin duda el conjunto de todas las condiciones que un hombre solo no puede reunir completamente: lo bueno, lo bello y lo agradable: "Lo justo es lo más bello; la salud lo mejor; obtener lo que se ama es lo más grato al corazón."

No compartimos por completo la idea expresada en esta inscripción, pues en nuestra opinión, la felicidad, que es la más bella y la mejor de las cosas, es, a la vez, la más agradable y la mas dulce. Entre las numerosas consideraciones a que cada especie de cosas y cada naturaleza de objetos pueden dar lugar, y que reclaman un serio examen, unas sólo tienden a conocer la cosa de que uno se ocupa, y otras tienden además a poseerla y hacer de ella todas las aplicaciones posibles. En cuanto a las cuestiones que en estos estudios filosóficos tienen un carácter puramente teórico, las trataremos según se vaya presentando la ocasión y desde el punto de vista especial de esta obra.

Ante todo indagaremos en qué consiste la felicidad y por qué medios se la puede adquirir. Nos preguntaremos si todos aquellos a quienes se da este sobrenombre de dichosos lo son como mero efecto de la naturaleza, a manera que son grandes o pequeños o que difieren por el semblante y la tez; o si son dichosos merced a la enseñanza de cierta ciencia, que sería la de la felicidad; o si acaso lo deben a una especie de práctica y de ejercicio, porque hay una multitud de cualidades diversas que no las deben los hombres ni a la naturaleza ni al estudio, y que sólo se adquieren por el simple hábito; las cuales son malas cuando proceden de malos hábitos y buenas cuando los contraen buenos.


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153 págs. / 4 horas, 28 minutos / 887 visitas.

Publicado el 12 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

La Gaviota

Antón Chéjov


Teatro


PERSONAJES

IRINA NIKOLAIEVNA ARKÁDINA, viuda de Trepliov, actriz.
KONSTANTÍN GAVRÍLOVICH TREPLIOV, su hijo, joven.
PIOTR NIKOLAIEVICH SORIN, hermano de Irina.
NINA MIJAILOVNA ZARIECHNAIA, joven hija de un rico terrateniente.
ILYA AFANASIEVICH SHAMRÁIEV, teniente retirado, administrador de Sorin.
POLINA ANDRÉIEVNA, su mujer.
MASHA, su hija.
BORIS ALEXEIEVICH TRIGORIN, literato.
EVGUENI SERGUEIEVICH DORN, médico.
SEMIÓN SEMIONOVICH MEDVEDENKO, maestro de escuela.
YÁKOV, mozo.
Un COCINERO.
Una DONCELLA.

La acción se desarrolla en la finca de Sorin. Entre los actos tercero y cuarto transcurren dos años.

ACTO PRIMERO

Rincón del parque en la finca de Sorin. Una amplia avenida que, partiendo del espectador, se hunde en el parque, lleva a un lago; en el paseo hay un tablado provisional levantado para una representación en familia; cierra por completo la vista del lago. A derecha e izquierda del tablado, arbustos. Algunas sillas, una mesita. Acaba de ponerse el sol. En el tablado, tras el telón, Yákov y otros trabajadores; se oyen toses y golpes. Masha y Medvedenko aparecen por la izquierda; regresan de un paseo.

MEDVEDENKO.— ¿Por qué va usted siempre vestida de negro?

MASHA.— Es luto que llevo por mi vida. Soy desgraciada.

MEDVEDENKO.— ¿Por qué? (Reflexionando.) No lo comprendo… Usted goza de buena salud; su padre, sin ser rico, tiene una posición acomodada. Mi vida es mucho más dura que la suya. No gano más que veintitrés rublos al mes, de los que aún se me descuenta una parte para la jubilación, y a pesar de todo no llevo luto. (Se sientan.)

MASHA.— No es cuestión de dinero. Se puede ser pobre y feliz.


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59 págs. / 1 hora, 43 minutos / 866 visitas.

Publicado el 21 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Historia del Caballero Des Grieux y de Manon Lescaut

Abate Prévost


Novela


Advertencia del autor de las Memorias de un hombre de calidad

Aunque hubiera podido incluir en mis Memorias las aventuras del caballero Des Grieux, me pareció que, no estando estrictamente relacionadas, el lector estaría más satisfecho de verlas aparte. Un relato de esta longitud habría interrumpido demasiado el hilo de mi propia historia. Aunque estoy muy lejos de atribuirme la cualidad de escritor preciso, no ignoro que una narración debe estar exenta de las circunstancias que la hagan pesada y embarazosa; éste era el precepto de Horacio:

Ut jam nunc dicat jam nunc debentia dici,
Pleraque differat, ac præsens in tempus omittat.

Pero no es necesario acudir a tan gran autoridad para probar una verdad tan sencilla, pues el buen sentido es la primera fuente de esta regla.


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173 págs. / 5 horas, 3 minutos / 847 visitas.

Publicado el 9 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

El Cuento del Grial

Chrétien de Troyes


Novela, Novela de Caballerías


Dedicatoria a Felipe de Flandes

Quien poco siembra poco recoge, y el que quiera cosechar algo que eche su semilla en lugar donde Dios le conceda el céntuplo; pues en tierra que nada vale la buena semilla se seca y desmedra. Chrétien siembra y echa la semilla de una novela que empieza, y la siembra en lugar tan bueno que no puede quedar sin gran provecho, pues lo hace para el más prudente que existe en el imperio de Roma. Se trata del conde Felipe de Flandes, que vale más que Alejandro, de quien se dice que fue tan bueno. Pero yo demostraré que el conde vale mucho más, pues aquél reunió en sí todos los vicios y todos los defectos de los que el conde está limpio y exento.

El conde es de tal condición que no escucha ni viles chocarrerías ni palabras necias, y le pesa si oye hablar mal de otro, sea quien fuere. El conde ama la recta justicia, la lealtad y la santa Iglesia y abomina toda villanía. Es más dadivoso de lo que se supone, pues da sin hipocresía y sin engaño, según el Evangelio, que dice: «No sepa tu izquierda los beneficios que haga tu derecha». Que lo sepa quien los recibe y Dios, que ve todos los secretos y conoce lo más escondido que hay en los corazones y en las entrañas.


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165 págs. / 4 horas, 50 minutos / 841 visitas.

Publicado el 7 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

La Casa del Páramo

Elizabeth Gaskell


Novela


I

Si uno tuerce a la izquierda después de pasar junto a la entrada techada del cementerio de la iglesia de Combehurst, llegará al puente de madera que cruza el arroyo; al seguir el sendero cuesta arriba, y aproximadamente a un kilómetro, encontrará una pradera en la que sopla el viento, casi tan extensa como una cadena de colinas, donde las ovejas pacen una hierba baja, tierna y fina. Desde allí se divisa Combehurst y la hermosa aguja de su iglesia. Tras cruzar esos pastos hay un terreno comunal, teñido de tojos dorados y de brezales color púrpura, que en verano impregnan el aire apacible con sus cálidas fragancias. Las suaves ondulaciones de las tierras altas forman un horizonte cercano sobre el cielo; la línea sólo queda interrumpida por un bosquecillo de abetos escoceses, siempre negros y sombríos, incluso a mediodía, cuando el resto del paisaje parece bañado por la luz del sol. La alondra aletea y canta en lo alto del cielo; a demasiada altura… en un lugar demasiado resplandeciente para que podamos verla. ¡Miradla! Aparece de pronto… pero, como si le costara abandonar aquel fulgor celestial, se detiene y flota en medio del éter. Luego desciende bruscamente hasta su nido, oculto entre los brezales, visible únicamente para los ojos del Cielo y de los diminutos insectos brillantes que recorren los flexibles tallos de las flores. De un modo que recuerda al repentino descenso de la alondra, el sendero baja abruptamente entre el verdor; y en una hondonada entre las colinas cubiertas de hierba, hay una vivienda que no es grande ni pequeña, a caballo entre una cabaña y una casa. Tampoco es una granja, aunque esté rodeada de animales. Es, o más bien era, en la época de la que hablo, la morada de la señora Browne, la viuda del antiguo coadjutor de Combehurst. Residía allí con su vieja y leal criada y sus dos hijos, un niño y una niña.


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128 págs. / 3 horas, 45 minutos / 822 visitas.

Publicado el 17 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Atardecer

Hector Hugh Munro "Saki"


Cuento


Norman Gortsby estaba sentado en un banco del parque dando la espalda a una franja de césped con arbustos, cercada por las barandillas del parque, con el Row delante de él, al otro lado de un ancho camino para carruajes. Hyde Park Corner, con el estruendo y los bocinazos del tráfico, se encontraba inmediatamente a su derecha. Eran las seis horas y treinta minutos de una tarde de principios de marzo y el crepúsculo había caído sobre la escena; un crepúsculo mitigado por una débil luz de luna y muchos faroles callejeros. Había un gran vacío en el camino y la acera, aunque muchas figuras poco consideradas se movían silenciosamente a través de la penumbra o se perfilaban discretamente sobre un banco o una silla, apenas distinguiéndose de la oscuridad sombría en la que estaban sentados.

La escena complacía a Gortsby y armonizaba con su actual estado mental. Para él el crepúsculo era la hora del derrotado. Los hombres y las mujeres que habían luchado y perdido, que habían ocultado lo más lejos posible de la visión de los curiosos sus fortunas derribadas y sus esperanzas muertas, surgían en esta hora del anochecer, cuando las ropas raídas, los hombros caídos y la mirada infeliz podían pasar desapercibidos, o en todo caso no ser reconocidos.

Un rey que ha sido vencido verá miradas extrañas, así de amargo es el corazón del hombre.


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5 págs. / 9 minutos / 773 visitas.

Publicado el 13 de mayo de 2018 por Edu Robsy.

La Guerra de Yugurta

Salustio


Historia


Sin causa alguna se quejan los hombres de que su naturaleza es flaca y de corta duración; y que se gobierna más por la suerte, que por su virtud. Porque si bien se mira, se hallará, por el contrario, que no hay en el mundo cosa mayor, ni más excelente; y que no le falta vigor ni tiempo, sí sólo aplicación e industria. Es, pues, la guía y el gobierno entero de nuestra vida el ánimo, el cual, si se encamina a la gloria por el sendero de la virtud, harto eficaz, ilustre y poderoso es por sí mismo; no necesita de la fortuna, la cual no puede dar ni quitar a nadie bondad, industria, ni otras virtudes. Pero si, esclavo de sus pasiones, se abandona a la ociosidad y a los deleites perniciosos, a poco que se engolfa en ellos y por su entorpecimiento se reconoce ya sin fuerzas, sin tiempo y sin facultades para nada, se acusa de flaca a la naturaleza, y atribuyen los hombres a sus negocios y ocupación la culpa que ellos tienen. Y a la verdad, si tanto esmero pusiesen en las cosas útiles, como ponen en procurar las que no les tocan, ni pueden serles de provecho, y aun aquellas que les son muy perjudiciales, no serían ellos los gobernados, sino antes bien gobernarían los humanos acaecimientos, y llegarían a tal punto de grandeza, que, en vez de mortales que son, se harían inmortales por su fama.


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107 págs. / 3 horas, 8 minutos / 744 visitas.

Publicado el 27 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

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