El Círculo de la Muerte
Abraham Valdelomar
Cuento
(Cuento yanqui)
I
Harry Black es riquísimo. Su cuñado es millonario y le dispensa una gran protección. Harry gasta el dinero de una manera alarmante. Una tarde en Harford City remató en diez mil dólares el archivo de cartas de una bailarina; y durante el tiempo que tiene convidados en su casa hace echar perfumes en las fuentes del jardín.
–Pero Harry, amigo mío, usted va a concluir pronto con su fortuna—, le reprochaba yo.
–La fortuna de mi cuñado es eterna. Descuide usted. No se concluirá nunca...
–¿Cómo? ¿Es socio de la Niágara Electric? ¿Su patrimonio corre a cargo del Estado?...
–¿Pero usted no sabe cómo se hizo millonario mi cuñado Richard?... Espere...
Hizo que el ayuda de cámara pusiese en el automatic una goma de The Merry Widow y empezó de esta manera:
–Los negocios del señor Kearchy marchaban mal. Kearchy, un hombre ingeniosísimo, era ante todo un yanqui. Acostumbrado a ver el mundo desde los edificios de cuarenta pisos de nuestro país, buscaba por encima de todo la resolución del problema de su redención pecunaria... A un sudamericano -y perdone usted mi franqueza, que es pecado de raza- se le habría ocurrido pedir un ministerio o un puesto en Europa. Una tarde, después de tomar un chop en un beer saloon de la Quinta Avenida, concibió una idea y se dirigió presuroso con ella donde Kracson, antiguo y sincero amigo suyo, que había llegado a poseer cerca de cien mil dólares en una negociación de cueros con sucursal en Boston y casa central en Wall Street.
Dominio público
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Publicado el 3 de mayo de 2020 por Edu Robsy.