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autor: Francisco A. Baldarena textos disponibles
El asesor Aguirre esperaba con impaciencia la llegada del ministro, había tenido una idea.
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Una noche una mano llamó a mi puerta, atención que dije una mano, no alguien.
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Las mudanzas suelen ser algo complicadas, cosas se rompen, se extravían, pero lo que le sucedió a Ernesto nunca se vio.
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En el dorso de la caja se especificaba que el soldado era autorreparable. ¡Pero el juguete había sido fabricado en China!
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Esa noche Beto ha librado una batalla despiadada con unos empresarios chinos. Miró la hora: faltaban cuarenta y cinco minutos para las ocho; tiempo suficiente para otro whisky y un habano.
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Bobby había descubierto que los vecinos eran marcianos. Para el padre, que ya les resultaban sospechosos, no lo pensó dos veces: llamó a la policía.
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El fin de la guerra había enmudecido a los habitantes de la aldea, y así estaban hasta que apareció la desconocida y la vida cambió para siempre.
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Los dos ocupantes de la Van se detienen en un parador y van al baño, cuando salen del baño la Van disparaba como un rayo por la ruta solitaria.
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Mientras espera en la fila del destino, X/027-b tiene una idea que podría darle la inmortalidad.
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Los canarios de Marcelino habían desaparecido por la noche, con lo que culpó a los gatos del vecino, don Pedro. Nada más alejado de la verdad.
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El escritor argentino Benjamín Arbelloa, tiene un solo problema: sus personajes, los cuales tienen vida propia, por el que aún no ha podido publicar nada.
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El vampiro despertó, puntualmente a las seis de la tarde, tenía hambre y sed, un ansia de ambas en una sola: sangre.
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Darrington fue despertado por pinchazos en las piernas. ¡Víbora!, gritó, pero no era ninguna víbora venenosa sino indios, indios de una tribu caníbal.
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Francisco A. Baldarena suponía que al momento de morir en el más allá solo le quedaría apenas una alternativa: el infierno. Pero, ¿el cielo? ¿Y substituir a Dios? Eso sí que no se lo esperaba.
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Aurelio paseaba por la avenida del pueblo cuando vio a una muchacha caminando por la vereda opuesta y no pudo sacársela de la cabeza. Tenía que pensar en una manera de acercarse a ella.
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El hombre estaba con prisa, pues un herido al costado del camino esperaba por su ayuda. Pero antes tendría que convencer a su esposa de que no era otra excusa para escaparse a la taberna del viejo Piotr.
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El moribundo estaba en las últimas y deseaba irse en paz. Entonces mandó a llamar al único desafecto de toda la vida.
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Una catástrofe ha devastado la vida en la tierra. Todo el mundo ha desaparecido misteriosamente, menos uno: Pierre Le Chef. El pobre se siente solo, hasta que una noche llegan los marcianos. ¡Por fin no voy a comer más solo!, gritó.
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Padre está a punto de cometer un robo y quiere enseñarle al hijo cómo ganar dinero fácil, entonces lo lleva con él.
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John vivía con su hijo en una cabaña en medio de un bosque. Se rumoreaba que el próximo invierno sería muy frío, con lo que tenía que acopiar bastante leña.
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De pronto se cortó el suministro de electricidad. En ese momento el abuelo miró a sus nietos que jugaban con los celulares. ¿Qué harían cuando las cargas de las baterías acabaran? El abuelo vio el fin; tenía que hacer algo.
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