Mostrando 126 a 147 de 147 títulos encontrados. Vista completa
autor: Francisco A. Baldarena etiqueta: Cuento
Condenado a muerte, al descubrirse al verdadero culpable del crimen por el cual estaba a punto de pagar con la vida, es puesto en libertad. ¿Pero es eso lo que él realmente desea?
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El farero siente el faro trepidar. ¿Una tormenta? No, mucho peor; entonces corre escaleras abajo y se tuerce un tobillo. Deberá ir a la ciudad para que lo vean en el hospital. Entonces...
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Midas recibe del genio un artefacto que le da el poder de convertir todo lo que toque en oro. Midas entonces hace planes para el futuro.
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Amedeo, desesperanzado de amor, está a punto de suicidarse, cuando lo interrumpe un desconocido, un alemán al que muchos llaman de loco..
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Joe espera delante del callejón al sujeto que le debe cierta cantidad de dinero. Entretanto, espera llegar a tiempo para la presentación de un cierto cantor de blues.
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Frank Sandbucket vuelve de las vacaciones con un viejo botellón de recuerdo. Dentro de él hay un hombrecito y Frank se pregunta si será un genio o un demonio.
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Marucha espera que su hijo, que ha ido a la casa de un amigo, como todas las noches, la llame avisando que llegó bien, pero, también como todas las veces, no la llama. Ella reniega y amenaza, mientras a su marido no le queda otra que oírla.
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Darrington fue despertado por pinchazos en las piernas. ¡Víbora!, gritó, pero no era ninguna víbora venenosa sino indios, indios de una tribu caníbal.
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Francisco A. Baldarena suponía que al momento de morir en el más allá solo le quedaría apenas una alternativa: el infierno. Pero, ¿el cielo? ¿Y substituir a Dios? Eso sí que no se lo esperaba.
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Una catástrofe ha devastado la vida en la tierra. Todo el mundo ha desaparecido misteriosamente, menos uno: Pierre Le Chef. El pobre se siente solo, hasta que una noche llegan los marcianos. ¡Por fin no voy a comer más solo!, gritó.
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Exactamente el mismo día que le declaró su amor a Corina y ella le dijo que lo quería apenas como amigo, Tadeo decidió hacerse mago.
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Alfonso recibió una misteriosa encomienda sin remitente: una pintura de una ciudad vista desde las alturas. Con la ayuda de una lupa descubrió que se trataba de su ciudad y a medida que acercaba la lupa descubrió mucho más.
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El viejo de la mesa al lado le contó que nadie podía salir del pueblo, pero el vendedor de enciclopedias le dijo que le iba a demostrar lo contrario.
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Gerardo estaba ansioso y no salía de la ventana, mientras tanto la madre, por la tardanza del amigo que esperaba su hijo, repetía que nada es por acaso.
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Un hombre va caminando por la ciudad cuando de pronto una explosión o tal vez un grito lo altera de tal manera que solo atina a emprender una alucinada carrera.
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Martínez cree que merece un aumento. De manera que toma coraje y se dirige a la oficina del patrón.
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Artemio Olazábal alquila un cuartucho en una pensión, y todo iría de maravillas si no fuese porque se ha olvidado de cerrar cierto libro de cuentos de Edgar Alan Poe.
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