Nica no pudo contenerse y exclamó: “Serás idiota. ¿Pero cuándo te he dado
yo en la colleja? Además, estás muy equivocado, me parece una idea estupenda,
deberíamos dejarnos llevar por los sentimientos más a menudo.”
Nica se sonrió cuando se percató de que estaba replicando en voz alta a las
anotaciones de Berni. Se concentró nuevamente en el texto y continuó leyendo.
Lucía parecía haber sido una chica bien, como se suele decir familiarmente,
buena hija, buena estudiante, buena amiga. La impresión que me he llevado es
que tenía que haber sido una chica seria, formal, más bien algo tímida. Quizás
sí que deba buscar algún chico de su entorno porque aparecen varios
corazoncitos entre los garabatos de sus apuntes de clase. La visita se ha
alargado algo más de cuatro horas, los padres no han parado de darme
información sobre Lucía, su carácter, la ropa que le gustaba, las comidas
preferidas, sus actores y cantantes favoritos, las novelas que había leído
recientemente, los profesores que más le
gustaban y los que menos, las películas de cine que había ido a ver en los
últimos meses, con fechas, lugares y
horarios, las líneas de autobuses que solía coger, las tiendas que le gustaba
frecuentar. Todo con detalle, evidenciando que la relación paterno filial era
cordial. Me han asegurado que nunca hubo entre ellos ninguna discusión sobre
alguna relación que le hubieran prohibido con ningún chico, es más, nunca les
planteó que quisiese salir con ningún chico. Me inclino a pensar que quizás
sentía atracción por alguien por quien ella pensase que no debía sentirla y por
eso no lo comentó. Esa va a ser una información que voy a tener que intentar
obtener de Magdalena. Al despedirme de los padres he sentido paz, nunca me
había pasado antes con los clientes en el primer contacto, todo lo contrario.
Con los clientes notas crispación, nerviosismo, como si cada segundo que
respiras sin resolver el caso te quemase los pulmones. Con los padres de Lucía
ha sido tranquilidad, como si el mero hecho de estar allí les hubiese aportado
aire nuevo. He sentido esa sensación de liberación de cargas, sin prisas, sin
exigencias, como quien tiene asumido el desenlace y sólo espera alivio con la
llegada del mismo. Quisiera poder volver pronto a visitarles y llevarles buenas
noticias, noticias contrarias a las que esperan, pero me temo que este asunto
no tiene buen final. Será que las percepciones que siente Manu sobre Lucía me
han influido. Frío y oscuridad, me impactó cuando me lo comentó, pero creo que
son también las sensaciones que sienten sus padres.
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