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Este texto, publicado en 1832, está etiquetado como Teatro, drama.
Teatro, drama.
104 págs. / 3 horas, 3 minutos / 443 KB.
25 de julio de 2022.
Juzgad ahora. Tenéis por una parte al hombre y su obra, y por otra al ministerio y sus actos.
Ahora que la supuesta inmoralidad de este drama está reducida á la nada, ahora que todo el armazón de las malas y vergonzosas razones está por tierra á nuestros piés, será tiempo de señalar el verdadero motivo de la medida, motivo de antecámara, motivo de corte, motivo secreto, motivo que no se dice por pudor, motivo que se había guardado tan bien bajo un pretexto. Este motivo ha transpirado ya hasta el público, y el público ha sabido adivinarlo. No diremos más. Acaso sea útil á nuestra causa que seamos nosotros los que demos á nuestros adversarios ejemplo de cortesía y moderación, y bueno es siempre que la lección de dignidad y de prudencia se dé por el particular al gobierno, por el perseguido al que persigue. Fuera de esto, no somos de los que pretenden curar las propias heridas emponzoñando las agenas. Realmente hay en el tercer acto de este drama un verso en que la torpe sagacidad de algunos familiares de palacio ha descubierto una alusión en que ni el público ni el autor habían pensado hasta aquí, pero que una vez denunciado de esta manera, viene á ser la más sangrienta y cruel injuria. Realmente ese verso ha bastado para que el desconcertado Teatro-Francés reciba la orden de no ofrecer otra vez á la curiosidad del público la frasecilla sediciosa de El Rey se divierte. No citaremos aquí ese verso, que es un hierro candente; ni lo señalaremos en otra parte sino en último extremo, si se llega á la imprudencia de estrechar así nuestra defensa. No haremos revivir antiguos escándalos históricos, ahorrando en lo posible á una persona de tan alta jerarquía las consecuencias de aturdimientos palaciegos. Puede hacerse una guerra generosa hasta á un rey, y entendemos hacérsela así. Pero mediten los poderosos sobre el inconveniente de tener por amigo á quien no puede aplastar las imperceptibles alusiones que vienen á posarse en su frente, sino con la piedra de la censura.