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Sal tú, lucero, precursor del día,
Sal presuroso, y el lamento escúcha
De este amante infelice, hoy despreciado
Por Nisa, la que ayer llamaba esposa.
En mi hora postrimera, á las deidades
Testigos de mi amor y su perjurio,
Yo me lamento, y me lamento en vano.
Flauta, ensayemos pastorales tonos.
Tonos conmigo ensáya, flauta mía.
Como en Ménalo se oyen, donde suenan
Bosques silbosos y parleros pinos:
Allí zagales, que de amores cantan;
Allí el músico Pan, que dió el primero
A las cañas inertes ejercicio.
Flauta, ensayemos pastorales tonos.
Nisa á Mopso se entrega. Los amantes
¿Qué hemos ya de tener por imposible?
En uno se verán grifo y caballo
Mezclarse, y en los tiempos venideros
Vendrá á beber en una misma fuente
Con los perros la tímida corcilla.
Flauta, ensayemos pastorales tonos.
Nuevas antorchas apercibe, Mopso;
Ya conducida á ti la novia llega:
¡Ea! nueces esparce á fuer de esposo;
Del Oeta, en tu honor, Héspero se alza.
Flauta, ensayemos pastorales tonos.
3 págs. / 5 minutos.
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Publicado el 3 de marzo de 2019 por Edu Robsy.
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