Alexandre Dumas (Villers-Cotterêts, 24 de julio de 1802-Puys, cerca de Dieppe, 5 de diciembre de 1870), conocido en los países hispanohablantes como Alejandro Dumas, fue un novelista y dramaturgo francés. Su hijo, Alexandre Dumas, fue también un escritor conocido.
Es un autor prolífico (tragedias, dramas, melodramas, aventuras...) aunque, para atender a la creciente demanda del público, tuvo que recurrir a la ayuda, notoria, de "colaboradores" entre los que destacó Auguste Maquet (1839-1851) que intervino en varias de sus novelas, entre ellas Los tres mosqueteros y El Conde de Montecristo (1844). La discusión en torno a este tema ha concluido gracias la aparición de las papeletas en las que de manera autógrafa consta que fue él quien encontró las Memorias de D´Artagnan, obra de Gatien Courtilz de Sandras (editada por Emecé en 1961), base de su famosa novela. Fue Auguste Maquet quien investigó el trasfondo histórico y Alejandro Dumas quien le dio forma a la novela. Maquet publicaría poco después su propia versión, pero tanto ésta como la de Gatien son verdaderos esperpentos literarios, mientras la de Alejandro Dumas es muy ágil y divertida. Sus novelas históricas, llenas de vivacidad, gozaron del beneplácito del público, propiciadas por su publicación, por entregas, en los periódicos.
Recuerdo de su paso por Madrid en 1846 - Carrera de San Jerónimo, 10
En 1846, cuando se encontraba en la cúspide de su carrera y su fama desbordaba las fronteras de su país natal, el ministro de Instrucción Pública de Francia, M. de Salvandy, invitó a Dumas a viajar a Argelia, a donde fue junto a su hijo y a un grupo de amigos. Recorrieron España y luego tomaron el barco La Veloce en el puerto de Cádiz, que los condujo a Argelia y Túnez. Las vivencias durante esos dos viajes se recogen en sus libros De París a Cádiz y La Veloce.
Amasó una considerable fortuna que dilapidó con prodigalidad en fiestas y cenas. Se hizo construir un castillo en Le Port-Marly denominado Monte-Cristo. Para ello llevó decoradores de Argelia y compró los muebles clásicos más caros. Mantenía a sus hijos, a las madres de ellos y a varias amantes, muchas de ellas actrices. Vivía con gran lujo y derroche; y aunque llegó a ganar sumas enormes de dinero, siempre estaba endeudado.