Vicente Gómez Martínez Espinel (Ronda, Málaga, 28 de diciembre de 1550 - Madrid, 4 de febrero de 1624) fue un sacerdote, escritor y músico español del Siglo de Oro, autor de una novela picaresca, la Vida del escudero Marcos de Obregón (1618). A partir de sus Diversas rimas de 1591, transformó la estructura de la décima, estrofa conocida también como espinela en su homenaje. En la música se hizo famoso por dar a la guitarra su quinta cuerda, añadiendo una cuerda más grave a las cuatro ya existentes en aquel momento.
Publicó en 1591 una compilación de su obra poética, el ya citado volumen Diversas rimas. El libro recorre (a ello responde el título) casi toda la métrica de entonces, ensayando todas las estrofas posibles, incluida la llamada décima, en una modalidad especial denominada, en homenaje al propio autor, considerado su inventor, décima espinela o espinela simplemente; consiste en una agrupación de dos quintillas con esta estructura fija: abbaaccddc. Samuel Gili Gaya (1892-1976), gran estudioso del autor, explicó que no fue el primero en usar esa combinación (ya lo hicieron Juan de Mal Lara y otros); «lo que hizo fue perfeccionarla, dotándola de unidad y ligereza; su prestigio contribuyó a divulgarla y a ponerla de moda». Como humanista tradujo, además, la Epistola ad Pisones de Horacio, más conocida como Arte poética.
Sin embargo, se encuentran poemas sueltos suyos dispersos en otras obras, siguiendo la movida trayectoria del autor. Hay algunas tempranas en el Cancionero de López Maldonado (1586) o en las Flores de poetas ilustres de Pedro Espinosa; otras alaban libros, como el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1599), el Peregrino indiano de Antonio de Saavedra Guzmán, el Modo de pelear a la jineta de Simón de Villalobos y otras obras de Gaspar de Villagrá, Gonzalo Céspedes y Meneses, fray Hernando de Camargo, Pérez del Barrio, etcétera. Censuró, asimismo, más de ochenta libros; en efecto, parecer ser que fue una persona sumamente amable y accesible, abierta con todo el mundo.
Espinel tuvo entre sus discípulos a Lope de Vega, quien siempre tuvo palabras de elogio para él, ya sea por ejemplo en El laurel de Apolo, donde le llama «único poeta latino y castellano de estos tiempos», o en el prólogo a La viuda valenciana, donde le llama «padre de la música»; le dedicó un soneto y la comedia El caballero de Illescas (1602). Fue también amigo de Cervantes, quien lo menciona en el Canto de Calíope, así como de Góngora (cuyas poesías contribuyó a publicar) y Quevedo.